Es largo el camino para lograr construir un mapa, una carta topográfica, un atlas o un visor interactivo de mapas, que son algunos de los muchos productos y servicios del Instituto Geográfico Nacional (IGN). Muchas veces el trabajo de las personas científico-técnicas y de apoyo a la investigación, implicadas en la producción de conocimiento queda invisibilizado. A escasos 100 días de gestión de Javier Milei y del co-gobierno de los espacios políticos de La Libertad Avanza y de Cambiemos, nos encontramos afrontando una situación en donde corren riesgo nuestros puestos de trabajo, y en consecuencia el funcionamiento del Organismo. Es por ello que, como trabajadores y trabajadoras del IGN organizados en asamblea, queremos explicarles la relevancia de nuestro trabajo y la necesidad de defenderlo.
Tal vez no hayan escuchado del IGN, pero sus servicios, sus mapas y toda la información que produce impactan en múltiples sectores de la sociedad y cuentan con reconocimiento a nivel nacional e internacional. Como es imposible reclamar y defender como propio lo que no se conoce, esta nota sintetiza algunas tareas y funciones científico-técnicas del IGN, las cuales incluyen la provisión de servicios de información geográfica, posicionamiento, navegación y sincronización; pero fundamentalmente la producción de mapas, información y conocimiento geográfico que son un mojón ineludible en la construcción de la identidad nacional y de la defensa de la soberanía.
Muchas veces el trabajo de las personas científico-técnicas y de apoyo a la investigación, implicadas en la producción de conocimiento queda invisibilizado. A escasos 100 días de gestión de Javier Milei y del co-gobierno de los espacios políticos de La Libertad Avanza y de Cambiemos, nos encontramos afrontando una situación en donde corren riesgo nuestros puestos de trabajo, y en consecuencia el funcionamiento del Organismo.
Información geoespacial al servicio del desarrollo soberano
Imaginemos un escenario donde un volcán entra en actividad en nuestra cordillera: al conocer la dirección y fuerza de los vientos podemos estimar la extensión y el alcance de la hipotética nube de cenizas. Contar con información georreferenciada de los recursos, infraestructura y población emplazados en la zona de afectación resulta estratégico, ya que permite evaluar de manera más detallada cómo este desastre podría afectar a las comunidades y las actividades productivas, y facilita la toma de decisiones y el despliegue de las fuerzas intervinientes en la asistencia a la emergencia. Asimismo, conocer la infraestructura disponible es esencial para coordinar los operativos de evacuación, además de diseñar estrategias de mitigación, adaptación y reconstrucción.
De igual manera, imaginemos ahora una cadena de producción agrícola de materia prima en zonas rurales, su transformación en plantas industriales que le agregan valor, las actividades complementarias de aprovechamiento del material residual, y el tratamiento y disposición final del sobrante. En este proceso la información georreferenciada también juega un papel clave, que permite determinar dónde es más conveniente emplazar las industrias para promover del desarrollo de economías regionales, para reducir impactos ambientales, para identificar la infraestructura de transporte y energía existente y fortalecerla o planificar ampliaciones futuras, y para diseñar una logística eficiente del transporte de productos finales a sus destinos comerciales, entre tantas aplicaciones.
Si bien los ejemplos pueden ser infinitos, todos tienen como factor común la necesidad del análisis territorializado de las problemáticas: la información georreferenciada permite una toma de decisiones más precisa y efectiva, que contribuye al desarrollo sostenible y al bienestar de las comunidades involucradas.
Desde la aplicación de mapas en nuestro teléfono celular hasta la planificación de rutas de transporte público, es la disponibilidad de información georreferenciada actualizada y precisa de nuestro territorio lo que permite conocerlo y operar sobre el mismo atento a los intereses soberanos. La información geoespacial tiene el potencial de ubicar en el espacio y tiempo datos que describen nuestro territorio, y por eso es un recurso estratégico para aplicaciones tan diversas como la gestión de recursos naturales, el estudio del cambio climático, la planificación urbana, la gestión del riesgo de desastres, el ordenamiento territorial, el diseño de obras civiles o el tratamiento y disposición final de residuos, lo que permite mejorar la calidad de vida de las comunidades y al desarrollo sostenible de las fuerzas productivas del país.
Herramientas como los Sistemas de Información Geográfica permiten tomar decisiones informadas sobre dónde construir nuestros hogares e industrias, o cultivar alimentos, a través de la optimización de recursos espacialmente dispersos, heterogéneos y que interactúan en dinámicas muchas veces complejas. Como la información geoespacial no es una foto inamovible, guardar un registro fidedigno de su transformación en el tiempo habilita diversos análisis de las complejas relaciones entre las variables del territorio, y da lugar a modelos de predicción a futuro. Cabe destacar el reconocimiento, por parte de las Naciones Unidas, de la gravitancia de la Información Geoespacial estratégica para el desarrollo de los países, al punto de promover el encuentro de grupos de expertos internacionales donde se discuten políticas para potenciar las herramientas y la producción de datos, y donde el IGN tiene una participación activa en representación de nuestro país.
Nuestro Organismo cuenta con una base de datos geográfica institucional en la que gestiona y actualiza constantemente un cúmulo de datos superior a 250 tipos de objetos geográficos, con la descripción de sus atributos, extensión y evolución en el tiempo. Estos objetos son, por ejemplo, cada uno de nuestros pueblos, ríos, lagunas, rutas, calles y un largo etc. En el IGN no sólo se desarrollan tareas vinculadas a la generación y almacenamiento de esta información, sino que también se ponen a disposición de forma abierta para toda la comunidad. La publicación de esta información geográfica se realiza de forma interoperable, con el objetivo de que sea reutilizable en cualquier sistema, medio o software, desde cualquier punto de nuestra vasta geografía (y del mundo). En vinculación con estas actividades, desde el Instituto se desarrollan líneas de investigación que permiten realizar la digitalización y actualización de objetos geográficos a distintas escalas (como cuencas, cursos de agua, curvas de nivel, plantas urbanas, escuelas, callejeros, entre otros) bajo estándares de calidad de forma automatizada y semiautomatizada que permiten la optimización de recursos y aumentar la productividad. Al mismo tiempo, disponer de estos datos permite que otras dependencias del Estado, e instituciones en general, no dupliquen esfuerzos, reduzcan gastos, generen lazos de cooperación y logren circuitos productivos de información y datos abiertos más eficientes.
Redes de posicionamiento
Si alguien nos dijera que movamos el caballo de la posición b1 a c3 en un tablero de ajedrez, podríamos hacerlo si se cumplen dos condiciones: en primer lugar, ambos debemos hablar el “mismo idioma”, vale decir que tenemos que interpretar de la misma manera qué casilleros reciben los nombres b1 y c3. Además, el tablero debe tener dibujada la grilla con todas las casillas delimitadas para que la pieza quede ubicada en el destino acordado con suficiente precisión.
El IGN no sólo provee servicios a partir del Sistema de Información Geográfica, sino que se constituyó como referente a nivel nacional e internacional, a partir de la construcción de los Sistemas de Referencia regionales y globales, con el uso de tecnologías de vanguardia que permiten generar capacidades de producción y procesamiento propias.
Lo mismo (con algún grado de complejidad mayor) sucede cuando queremos ubicar cualquier cosa en el espacio y el tiempo: necesitamos un Sistema de Referencia común (el “idioma”), y su materialización en el terreno (la “grilla”). Dicho de otra manera, para el funcionamiento de los sistemas de navegación marítimo o terrestre (como los que funcionan en nuestros celulares), o para monitorear fenómenos dinámicos que se dan sobre la superficie terrestre (desde la expansión de ciudades, o los movimientos sísmicos, hasta el avance o retroceso de los glaciares) es necesario contar con un sistema de referencia geográfico sólido, preciso y confiable. En nuestro país, una amplia gama de sectores, que van desde la educación y la salud hasta la agricultura, la industria y la seguridad, dependen de los productos provenientes de la red de receptores satelitales de alta precisión gestionada por el IGN para determinar con exactitud la ubicación de sus objetos de estudio. Esta red de posicionamiento se extiende a lo largo y ancho del enorme espacio geográfico que es la República Argentina Bicontinental, a través de redes de nivelación, gravimétricas de estaciones satelitales y otros desarrollos tecnológicos que aseguran la exactitud y precisión de la información geoespacial volcada en diversos productos.
El IGN no sólo provee servicios a partir del Sistema de Información Geográfica, sino que se constituyó como referente a nivel nacional e internacional, a partir de la construcción de los Sistemas de Referencia regionales y globales, con el uso de tecnologías de vanguardia que permiten generar capacidades de producción y procesamiento propias.
Todo esto es logrado gracias a los Marcos de Referencia Nacionales e Internacionales calculados y mantenidos por el Centro de Investigaciones Geodésicas Aplicadas (CIGA), que toma los datos relevados por las estaciones permanentes en todo el Continente Americano y la Antártida. Para esta labor, la Red de Monitoreo Satelital Continuo (RAMSAC) es la que provee las estaciones permanentes que no solo generan los datos para el cálculo de los Marcos de Referencia, sino que también colaboran y facilitan el trabajo de muchos agrimensores y catastros en todo el territorio nacional. Cabe destacar que el sector privado también necesita de este esfuerzo, y es uno de los pilares fundamentales en actividades como la minería, la agricultura de precisión y la ingeniería, entre otras.
Mapas y nuestra identidad nacional
Los mapas no sólo nos ayudan a orientarnos y analizar el espacio en que vivimos, sino que también tienen una función simbólica estratégica por su aporte en la geopolítica. La representación del territorio nacional hace a nuestra identidad, y al conocer al país en que vivimos, podemos quererlo y defenderlo. Así, los mapas presentes en el aula nos enseñan continuamente sobre la Argentina, su extensión, la presencia y distribución de sus recursos y también a ver de forma sintética las complejas relaciones que surgen de manera especializada, permitiendo pensar y problematizar desde el lugar donde las dinámicas se producen. Así, el IGN aporta la producción y difusión de la cartografía oficial del territorio como un recurso insoslayable en la creación de una conciencia más profunda del territorio nacional en toda su extensión, y en la identificación y consolidación de la imagen nacional y la defensa.
La cartografía oficial que desarrolla el IGN procura ser una representación lo más fielmente posible, no solo en la descripción de las ubicaciones de los objetos sino también en su toponimia. La identificación unívoca de los objetos, posee una dimensión simbólica y cultural, ya que los topónimos, o nombres geográficos, reflejan la identidad e historia del lugar. El mapa bicontinental de la Argentina, la cartografía de las Islas Malvinas y de Antártida con los nombres con que nuestro país reconoce cada accidente geográfico son ejemplos a subrayar.
El IGN aporta la producción y difusión de la cartografía oficial del territorio como un recurso insoslayable en la creación de una conciencia más profunda del territorio nacional en toda su extensión, y en la identificación y consolidación de la imagen nacional y la defensa.
A su vez, el IGN desempeña un papel crucial en la construcción de la soberanía territorial al representar no sólo los límites internacionales, sino también los provinciales y municipales en un trabajo constante de diálogo, con una visión federal, promoviendo la articulación entre las provincias.
El Instituto desempeña un papel crucial en la construcción de la soberanía territorial al representar no sólo los límites internacionales, sino también los provinciales y municipales en un trabajo constante de diálogo, con una visión federal, promoviendo la articulación entre las provincias.
Más de 140 años y un recorte que nos pone en riesgo
El Instituto Geográfico Nacional es un organismo descentralizado dentro de la órbita del Ministerio de Defensa que pertenece al Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología. Su historia se remonta a 1879 con la creación de la Oficina Topográfica Militar, con la misión de levantar los rasgos geográficos estratégicos del territorio de una Nación en su etapa de formación. A principios del año 1904, con el objetivo de jerarquizar y ampliar sus funciones, adopta la denominación de Instituto Geográfico Militar. Posteriormente, y en el mismo sentido, en 1918 el Estado Nacional le asignó la responsabilidad de la elaboración de la cartografía oficial del territorio nacional y la realización de los trabajos geodésicos para apoyar la actividad civil, además de la militar.
En el año 1941, con la sanción de la Ley de la Carta, se reguló un conjunto de prácticas y marcos institucionales, y se le reservó al Organismo la responsabilidad sobre la producción de la cartografía oficial. El año 2009 significó un punto de inflexión en su historia: el Instituto pasó al área civil, con la denominación Instituto Geográfico Nacional. Esta transformación implicó no sólo cambios en el organigrama y denominación, sino en potenciar su perfil nacional y científico-tecnológico para toda la ciudadanía.
En todos estos años el IGN ha liderado la producción y difusión de conocimiento e información geográfica de la República Argentina al mundo. Sin embargo, hoy nos encontramos frente a una situación realmente preocupante para todos y todas, dado el anuncio de un recorte de personal. Es una redundancia (acaso necesaria en los tiempos que corren) mencionar que el cumplimiento de todas las tareas mencionadas depende fundamentalmente del compromiso de un conjunto de trabajadores y trabajadoras capacitados en temáticas de gran especificidad, y cuya formación y capacitación ha sido en sí misma un enorme esfuerzo e inversión por parte del Estado.
El IGN cuenta hoy con menos de 300 agentes altamente calificados para producir información y brindar servicios a un país con la octava extensión territorial del mundo, una dotación muy por debajo de su funcionamiento óptimo y ciertamente escasa en comparación con sus homólogos del mundo y de la región. El 31 de marzo del corriente vencerán los contratos de casi 150 trabajadores y trabajadoras, algunos de los cuales se encuentran en una situación de contratación precaria desde hace más de 10 años.
Tomamos conocimiento recientemente de que el Ministerio decidió no renovar la totalidad de los contratos, lo que supone un recorte de personal que podría afectar al 20% de las personas contratadas y sus familias. En todos los casos son personas de formación y conocimientos técnicos muy específicos, lo que se transforma en una potencial pérdida de recursos humanos estratégicos y que compromete los servicios y productos que el IGN brinda.
Apenas en los inicios de este 2024, ¿propone la nueva gestión discutir qué información deberíamos producir, y para qué modelo de país? Ciertamente no. ¿Estamos discutiendo qué recursos (humanos y tecnológicos) hacen falta para producir información estratégica de calidad para el desarrollo del país? Ya quisiéramos. A la fecha desconocemos los criterios con los que planean ejecutar el recorte de personal, si es que éste existe, más allá de su impacto en las columnas del debe y el haber, que maneja un funcionario de turno desde una oficina con alevoso desconocimiento de nuestra realidad laboral e institucional.
En este contexto los y las trabajadores de IGN en asamblea afirmamos sin lugar a dudas que en el Instituto no existen personas cuyo despido cuente con justificativos más allá de una política de ajuste excesiva y carente de criterio por parte de la administración actual. La situación se agrava por el hecho de que la comunicación sobre la no renovación de contratos no se está realizando en los plazos establecidos por la normativa aplicable a la Administración Pública Nacional. Somos conscientes de que la situación de recortes del IGN no es ajena a la situación que se encuentra viviendo el complejo entramado de áreas y dependencias estratégicas del Estado argentino. Creemos que compartirla permite solidarizarnos, reconocernos en una lucha más amplia por fuera de cada sector y enfrentarla en unidad.
Somos conscientes de que la situación de recortes del IGN no es ajena a la situación que se encuentra viviendo el complejo entramado de áreas y dependencias estratégicas del Estado argentino. Creemos que compartirla permite solidarizarnos, reconocernos en una lucha más amplia por fuera de cada sector y enfrentarla en unidad.
En conclusión, entendemos que la reducción de personal en un organismo público técnico de las características del IGN, que ya cuenta con una dotación por debajo de la óptima, provocará una serie de consecuencias negativas que superan ampliamente los beneficios de la potencial “reducción de costos”. Es una medida frágil y cortoplacista que implica la renuncia a capacidades adquiridas y de difícil recuperación. Por ello, no sólo resulta pertinente, sino también necesario afrontar una evaluación concienzuda sobre estos impactos antes de tomar decisiones de reducción de personal y sobre todo a buscar alternativas que puedan atenuar los efectos adversos tanto en el cumplimiento de la misión institucional, como en los perjuicios a las familias de los y las trabajadores de IGN.
Porque en el IGN no sobra nadie, no cabe más que repudiar y reclamar por la suspensión inmediata de estas políticas de recorte absurdas y acríticas, que van en contramano con las estrategias de cualquier país con aspiraciones de desarrollo y soberanía.
Sin trabajadores no hay mapas.
Sin mapas no hay soberanía.
Asamblea de trabajadores y trabajadoras del IGN
Colectivo integrado por personal científico tecnológico y de apoyo del IGN, conformado por profesionales, técnicos y administrativos que aportan todos los días sus saberes y capacidades para materializar, consolidar y ampliar la oferta de productos y servicios de calidad en materia de ciencias geográficas, geodésicas y cartográficas para el desarrollo integral del país.