Ciencia Propia

Empresas de Base Tecnológica: una síntesis entre ciencia y producción

El campo de las Empresas de Base Tecnológica (EBTs) en Argentina es altamente dinámico y puede jugar un papel fundamental en el desarrollo económico y social de nuestro país. La fuerte inversión estatal en Ciencia y Tecnología genera las condiciones necesarias para hacer posible la gestación y desarrollo de este tipo de emprendimientos. A su vez, la coordinación de diferentes actores e instituciones a través de instrumentos de vinculación tecnológica y el interés en aumento de distintos tipos de inversores, contribuyen al crecimiento y a dar mayor visibilidad a  estas empresas. En este sentido, el presente artículo se propone describir de manera general las características de las EBT, para posteriormente hacer foco en aquellas de base científica y abordar algunos aspectos clave de su desarrollo, como son: el rol del estado, las posibilidades de acceso a inversiones y la importancia de la gestión de la vinculación tecnológica. 

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Empresas de Base Tecnológica?

Podemos decir de manera muy simplificada que, así como la ciencia persigue el objetivo de dar respuestas a preguntas y de esa manera generar nuevos conocimientos, la tecnología pretende dar solución a problemas actuales y futuros de la sociedad. A su vez, para lograr que la solución a un problema concreto sea transferida efectivamente, se requiere de la gestión del desarrollo tecnológico. Un modo de hacerlo es a través de empresas Empresas de Base Tecnológica (EBTs) que persiguen el fin de convertir los desarrollos en productos o servicios que puedan introducirse en el mercado y ser comercializados. 

No se puede desconocer que el objetivo principal de cualquier empresa, incluidas las EBTs, es generar riqueza o lucro. Por lo tanto, alcanzar una coordinación entre los fines sociales del desarrollo tecnológico, en cuanto a la resolución de problemas, y los aspectos de mercado propios de la gestión de la tecnología comprende procesos que demandan mucho tiempo y suelen ser complejos. Dependen de múltiples factores, entre los que se destacan la articulación concreta entre diferentes actores sociales y la conformación de equipos de trabajo interdisciplinarios. Las instituciones públicas son clave en estos procesos y constituyen la garantía para alcanzar un equilibrio entre lucro e intereses soberanos.

En los últimos años, el desarrollo tecnológico viene experimentando un ritmo de crecimiento acelerado, impulsado principalmente por las tecnologías de la información y comunicación (TIC)      que son protagonistas de gran parte de los negocios basados en tecnología en la actualidad. En función de esto, es importante considerar que el término EBT es amplio, no tiene una única definición e involucra a empresas que no necesariamente tienen investigación científica como base de su actividad.      

La misma amplitud tienen las denominadas “startups” que se pueden definir, de manera general, como empresas pequeñas, corporaciones o unidades de negocio, que pretenden resolver problemas a través de productos y servicios con gran potencial de mercado. El término startup es frecuentemente utilizado a nivel global, principalmente por actores del  mercado, para referirse a las EBTs. De esta manera, las empresas de base científico tecnológicas suelen quedar englobadas bajo este concepto.

Sin pretender entrar en un debate profundo sobre estos conceptos, este artículo se enfoca especialmente en las EBTs que basan su actividad en la ciencia y que en su mayoría cuentan con un trasfondo de investigación básica profundo y de muchos años de trabajo. De este punto surge una de sus características más interesantes y es que cuentan con la posibilidad de proteger el conocimiento alcanzado mediante una o más patentes. Este aspecto agrega valor, desde una perspectiva de mercado, dado que el producto o servicio desarrollado o a desarrollar, no puede ser fácilmente replicado sin vulnerar la propiedad intelectual de la compañía. En términos de mercado, dicha situación coloca a este tipo de EBTs en un lugar privilegiado a la hora de conseguir inversiones para llevar adelante los desarrollos. Sin embargo, esta misma característica genera un riesgo elevado, ya que no todos estos conocimientos llegan finalmente a introducirse en el mercado a través de productos o servicios. De hecho, sólo un mínimo porcentaje de las EBTs concluyen este camino.

El rol del estado y de las instituciones públicas en la generación y desarrollo de EBTs

A nivel global existen innumerables empresas de base tecnológica insertas en mercados de diferente tamaño y complejidad. En nuestro país, desde hace algunas décadas se observa el crecimiento constante de empresas de esta naturaleza.

Este fenómeno es producto de la conjunción de diferentes factores, y es un aspecto clave la existencia de un sistema científico tecnológico nacional sólido, confiable y robusto. Sin este sistema es casi imposible generar las condiciones necesarias para que se desarrollen las EBTs      en nuestro país. Uno de los hitos más relevantes en esta dirección fue la creación del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva en el año 2007, con el objetivo de priorizar y jerarquizar las políticas de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la Argentina. 

La creación del Ministerio, junto a la implementación de políticas que fortalecieron e impulsaron el crecimiento de las instituciones científico tecnológicas de nuestro país, establecieron las bases que explican en gran medida la generación del campo que actualmente da lugar al surgimiento y desarrollo de nuevas EBTs. Un ejemplo de estas políticas fue el Plan “Argentina Innovadora 2020” que tuvo como propósito central identificar y definir áreas estratégicas y prioritarias para alcanzar un mejor desempeño socio-productivo. De este modo, se va instalando en la agenda de las políticas públicas el tema de la innovación vinculada al desarrollo económico y social.

La configuración del sistema científico tecnológico argentino es diversa e involucra a diferentes instituciones localizadas en todas las regiones del país, por lo que el impacto de las iniciativas que se implementan es amplio. Un ejemplo lo constituye la Gerencia de Vinculación Tecnológica del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET) que en los últimos años tomó la decisión política y estratégica de acompañar la gestación y desarrollo de las EBTs. En este marco, se define como EBT CONICET a las empresas que surgen y basan sus actividades en los conocimientos y tecnologías generadas por investigadores o investigadoras que forman parte de la institución. En la página del CONICET puede encontrarse un listado de alrededor de 50 EBTs reconocidas formalmente. Recientemente, la institución, a través de su Gerencia de Vinculación Tecnológica, lanzó un catálogo con las EBT CONICET.

Catálogo de  EMPRESAS DE BASE TECNOLÓGICA CONICET: En el año 2022 el CONICET a través de su Gerencia de Vinculación Tecnológica generó un folleto con un listado de Empresas de Base Tecnológica con participación accionaria de CONICET y con Empresas de Base Tecnológica reconocidas por el CONICET. El folleto incluye una breve descripción de las empresas, el producto o servicio que desarrollan y los investigadores, investigadoras o personal de apoyo que participan en cada una de ellas. 

De cara al futuro se observa una clara voluntad política de continuar por un sendero que conduzca al desarrollo y a fortalecer las instituciones científicas de nuestro país. En esta línea, el desarrollo del Plan Nacional de Ciencia, Tecnología e Innovación 2030, contempla entre otros aspectos un proceso continuo de construcción iterativa que garantiza la mejora continua del Plan      y da cuenta del rumbo que se pretende seguir en políticas de ciencia y tecnología.

En términos de desarrollo tecnológico existe una política activa en cuanto al fomento de la actividad puesto en evidencia, en primer lugar, por el proyecto que modifica el Régimen de Promoción del Desarrollo y Producción de la Biotecnología Moderna y la Nanotecnología, aprobado por unanimidad por el Congreso Nacional en el año 2022. Esta nueva norma prorroga y amplía la Ley 26.270 hasta el año 2034 y otorga beneficios fiscales a empresas que realicen inversiones en proyectos de innovación tecnológica en sectores clave para el desarrollo de nuestro país. En segundo lugar, se está trabajando en un proyecto de ley que incorpora modificaciones a la Ley N°23.877 de Promoción y Fomento de la Innovación Tecnológica, que propone potenciar los créditos fiscales que la norma destina a empresas vinculadas a la investigación, el desarrollo y la innovación científico-tecnológica. Este proyecto, al momento de la redacción de este artículo, cuenta con la aprobación de la Cámara de Diputados y con dictamen favorable de la comisión de Ciencia y Tecnología del Senado de la Nación.

Figura 2 

Para gestar y desarrollar EBTs se requiere de inversión

Los desarrollos tecnológicos que van a ser comercializados por las EBTs pueden presentar diferentes niveles de profundidad, complejidad y madurez, sin embargo, es una condición sine qua non y es que exista ciencia sólida de base. El desarrollo tecnológico que llevan a cabo estas empresas puede perseguir varios objetivos que van desde la sustitución de importaciones hasta innovaciones tecnológicas inexistentes en el mercado local y global. Definir este aspecto es relevante porque permite configurar la estructura de la empresa y el alcance de la tecnología. También posibilita identificar el nivel de riesgo que presenta el desarrollo, lo que puede condicionar el tipo de inversión requerida y el acceso a la misma. 

En este sentido, es clave considerar el nivel de madurez del desarrollo tecnológico cuando se constituye una EBT. Si bien la mayoría de los proyectos de esta naturaleza parten de una idea derivada de la investigación básica que debe ser materializada, el momento en el que se decide acceder a una inversión es muy importante. Un instrumento útil para definir el nivel de madurez de un desarrollo fue propuesto por la NASA y se denomina Technology Readiness Level (TRL). Consta de nueve niveles que van desde los principios básicos observados hasta el alcance del sistema real operado en todo el rango de condiciones esperadas (ver tabla). Este esquema se puede aplicar de modo orientativo a cualquier proyecto de innovación tecnológica y no exclusivamente a los proyectos aeronáuticos o espaciales*.

Si se considera el nivel de maduración tecnológica en el que se encuentre una idea, es posible acceder a diferentes fuentes y mecanismos para financiar el desarrollo tecnológico. De manera general, se pueden clasificar en dos categorías según el origen de los fondos: inversión a través de fondos públicos o inversión privada. 

La inversión estatal en nuestro país cuenta con alternativas para el desarrollo de este tipo de emprendimientos. Si bien existen distintas líneas, a modo de ejemplo se pueden considerar dos instrumentos específicos de financiamiento gestionados por la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia). Por un lado, se encuentran los “Proyectos de Investigación Científica y Tecnológica Start UP” administrados específicamente por el Fondo para la Investigación Científica y Tecnológica (FONCYT). Este instrumento fue lanzado en marzo de 2014 y permite adquirir una inversión de 9 millones de pesos con la posibilidad de solicitar un refuerzo del mismo monto, si se alcanza la protección de la propiedad intelectual del desarrollo en el periodo de ejecución. Por otro lado, existe una línea de financiamiento creada recientemente y gestionada por el Fondo Argentino Sectorial (FONARSEC) denominada “EBT 2022 – Creación y Fortalecimiento” que cuenta con dos líneas de inversión de 40 y 60 millones de pesos de acuerdo a si se adjudica para la creación o para el fortalecimiento de una EBT respectivamente.

La implementación de estos instrumentos es estratégica y, como mencionamos previamente, confiere un gran valor a la construcción y consolidación del campo de las EBTs en nuestro      país. Sin embargo, como en todo proceso reciente, es importante considerar que una de las principales deficiencias de este tipo de financiamiento se vincula con los tiempos de evaluación y ejecución de los proyectos. Si bien en los últimos años se mejoró significativamente este aspecto, es necesario agilizar y simplificar aún más los procesos administrativos para lograr la aceleración que requieren este tipo de emprendimientos. Además de la inversión estatal existe la alternativa de acceder a inversión privada, donde hay un gran abanico de posibilidades en cuanto a sus modalidades y escalas, que van desde “inversores ángel” que invierten un capital de menor proporción, a modelos más complejos como pueden ser los capitales de riesgo (venture capital). Si bien es un tema muy amplio para abordar en detalle, en términos generales los capitales de riesgo son fondos de inversión que financian los primeros pasos del desarrollo tecnológico de las EBTs. La inversión de estos fondos se encuentra en un rango que va aproximadamente desde 200 mil a 700 mil dólares, según el acuerdo suscripto. Estas instituciones asumen un riesgo alto a cambio de ser socios en el desarrollo, y forman parte del paquete accionario de las compañías que lo llevan adelante. Existen diferentes modelos en cuanto al capital que se invierte y al porcentaje de participación accionaria que adquieren por ese capital los inversores, pero la finalidad es la misma en todos los casos: acelerar e incubar proyectos basados en ciencia disruptiva que aborden necesidades de mercados globales. 

Esquema con ejemplo de una EBT a lo largo del tiempo: Desde que una EBT obtiene su primer financiamiento hasta que consigur productos y/o servicios que le permitan entrar en los mercados suele parar un tiempo considerable. Son pocas las EBTs que superan esa prueba, el resto cae en lo que denominan “el valle de la muerte”

Los mecanismos de vinculación tecnológica y la articulación público privada

Las EBTs representan una excelente oportunidad de interacción y sinergia entre Instituciones de Ciencia y Tecnología, que en nuestro país son casi exclusivamente públicas, y el sector privado y la sociedad civil, tanto a nivel nacional como internacional. Para que este proceso sea posible es necesario emplear instrumentos de vinculación tecnológica que regulen y garanticen los beneficios para todos los actores participantes, que al mismo tiempo preserven aspectos que hacen a la soberanía tecnológica de nuestro país. Existen diferentes instrumentos de vinculación tecnológica asociados a las EBTs de CONICET. A continuación, se hará una breve mención de los más relevantes.

El principal instrumento es la posibilidad de que miembros de la Carrera de Investigación Científica (CIC) y también de la Carrera de Personal de Apoyo (CPA) participen de una EBT CONICET. Este instrumento es regulado mediante un reglamento que fue actualizado en noviembre de 2022 bajo la resolución 1888-APN-DIR#CONICET. En el nuevo reglamento, se establece que el CONICET toma participación en el proceso de desarrollo de las empresas y no solo en el licenciamiento de la tecnología, como lo venía haciendo hasta ese momento. Este aspecto es clave si consideramos que un porcentaje reducido de las EBTs concluye el proceso de inserción en el mercado mediante la venta de un producto o servicio. Sin embargo, en el camino pueden suceder otro tipo de interacciones con el mercado, como por ejemplo la venta de la EBT      antes de concluir el proceso de desarrollo tecnológico.

Por otro lado, los convenios de licenciamiento de la tecnología son instrumentos que permiten que las EBTs hagan uso de manera exclusiva de la propiedad intelectual desarrollada por miembros del CONICET. Esto le otorga un mecanismo estratégico a las EBTs para llevar a cabo su negocio (por ejemplo, sub-licenciamiento de la tecnología) y garantiza la soberanía sobre los desarrollos tecnológicos, ya que la propiedad intelectual pertenece al estado nacional a través de sus instituciones. 

Como último ejemplo, se hará referencia al instrumento de vinculación que tiene que ver con las modalidades de participación de miembros del CONICET en EBTs. En este sentido existen al menos dos alternativas que contribuyen con la articulación entre el sector científico tecnológico y el sector productivo. Por un lado, se pueden generar Convenios de Investigación y Desarrollo (Convenios I+D) que permiten la participación de investigadores o investigadoras del CONICET con sus respectivos grupos en diferentes EBTs. Por otro lado, existe la figura de investigador o investigadora en empresas que posibilita el desarrollo laboral a tiempo completo de miembros del CONICET en EBTs. Con estas figuras se pretende establecer una cooperación exitosa entre el sector público y el sector productivo mediante la transferencia de profesionales altamente calificados dentro de un marco institucional establecido. 

Algunas consideraciones finales

A modo de cierre, podemos decir que el campo de las EBTs en nuestro país es dinámico y atraviesa un proceso de crecimiento y configuración en el cual participan diferentes actores e instituciones públicas, privadas y sociales. El estado cumple un rol clave a través de políticas tendientes a fortalecer el sistema científico tecnológico nacional, se convierte en un actor fundamental para la generación del campo, y así hace posible la gestación y desarrollo de estas empresas.

El sector científico tecnológico argentino cuenta con bases sólidas y robustas para ser parte de la creación de EBTs a partir de conocimientos y desarrollos producidos por los actores que forman parte del mismo. Este propósito se alcanza y concreta a partir del diseño e implementación de diversos instrumentos de vinculación tecnológica. De esta manera, se da lugar a que científicos y científicas puedan aventurarse en la tarea de transferir parte del conocimiento generado e interactuar con el sistema productivo, sin descuidar la investigación básica que garantiza la sustentabilidad del sistema. Las EBTs son una gran oportunidad para generar nuevos puestos de trabajo de calidad, capaces de incluir profesionales altamente calificados que no hayan podido o deseado continuar con la carrera científica. Por otro lado, al conformarse equipos interdisciplinarios necesarios para llevar adelante una empresa, se contribuye con la incorporación y formación de recursos humanos que no son parte del ámbito de la ciencia y la tecnología. 

Todavía queda un gran trecho por recorrer para consolidar el campo de las EBTs dado que es un fenómeno relativamente reciente, en discusión y en el que aún se están generando y revisando los mecanismos institucionales para impulsar y reglamentar este escenario. Sin embargo, desde una mirada prospectiva y global y a partir de la experiencia transitada, podemos pensar algunas propuestas tendientes a dinamizar el desarrollo de estos procesos, alcanzar una mayor difusión de los mismos y mejorar la comunicación y articulación entre los distintos actores del campo. 

Un aspecto clave para la gestión pública es establecer procedimientos institucionales específicos que permitan hablar un mismo lenguaje y avanzar en un proceso coordinado entre actores institucionales (universidades, institutos, CONICET, etc.), los grupos de científicos y científicas que desarrollan la idea y los actores privados (aceleradoras, fondos de inversión, etc.). La gestión para constituir una EBT aún es un proceso que insume tiempo, especialmente en la instancia de la aprobación de convenios entre las partes intervinientes.

Además, resulta necesario difundir ampliamente estas iniciativas y los mecanismos de vinculación tecnológica y desarrollo de EBT, capacitar al personal interviniente de distintas áreas de gestión, especialmente a investigadores e institutos sobre las posibilidades, derechos y obligaciones al emprender este camino. Asimismo, es indispensable para los investigadores e investigadoras contar con asesoramiento legal y contable en las distintas etapas que conlleva el proceso de conformación y desarrollo de una EBT. Esto permitiría tomar decisiones con mayor y mejor información al momento de presentarse a una convocatoria, buscar una inversión, evaluar la conveniencia de distintas propuestas, entre otros aspectos. 

El campo de las EBT está en pleno proceso de configuración, lo cual presenta nuevos desafíos para los actores que participan del mismo. El auge a nivel global y local de estas empresas está impulsado por la ciencia y la tecnología y representa una oportunidad de generar nuevas capacidades tecnológicas para dar respuestas a preguntas científicas, y promover una interacción de ida y vuelta entre sectores públicos y privados. Es necesario participar activamente de este proceso desde el lugar que nos toca. Tanto las instituciones como los científicos y científicas que formamos parte, podemos impulsar el campo de las EBTs y hacer que prevalezcan aspectos que beneficien al conjunto de la sociedad y a la economía de nuestro país.

*En la página de la convocatoria a PICT 2021 “Orientación a la vinculación” (Anexo II) de la Agencia Nacional de Promoción de la Investigación, el Desarrollo Tecnológico y la Innovación (Agencia), se encuentra una adaptación de los TRL que resulta de mucha utilidad para establecer el nivel de madurez de un desarrollo tecnológico con base científica. 

Emanuel Campoy

Investigador adjunto del CONICET, Jefe de Trabajos Prácticos de la Facultad de Ciencias Médicas (UNCUYO). Co-fundador de epiliquid SAS (EBT CONICET).

Paula Luconi

Licenciada en Sociología, Magister en Política y Planificación Social. Profesora Asociada de la Facultad de Filosofía y Letras (UNCUYO).