Ciencia Propia

La importancia de la conexión social en la investigación científica

Hacer ciencia con perspectiva social implica entender que la ciencia está influenciada por su entorno social, económico, cultural y político, y considerar cómo los avances científicos pueden afectar a la sociedad y promover la justicia social. La participación en líneas de investigación con vinculación social enriquece la trayectoria científica, ya que permite conectarse con el territorio, abrirse hacia el conocimiento no académico y comprender las dinámicas sectoriales. A pesar de los obstáculos que presentan el sistema científico argentino y las fuentes de financiamiento internacionales, existen valiosas iniciativas de proyectos de ciencia ciudadana y/o de coproducción de conocimientos que se proponen fomentar la articulación y el diálogo entre diferentes disciplinas, instituciones y comunidades. Estas iniciativas son fundamentales para generar nuevas perspectivas y abordar la complejidad de las problemáticas multicausales de un mundo cambiante.

A lo largo de los años, se ha discutido fuertemente qué rol debía tomar la ciencia en el país respecto de su relación con las realidades y necesidades sociales. Por un lado, un rol de pretendido carácter neutral, en el que la ciencia de calidad, sin influencia económica o política externa, genere soluciones para la sociedad a partir netamente de sus descubrimientos e innovaciones. Por otro lado, un rol de la ciencia más sensible al contexto social, económico y cultural del país en el cual se encuentra inmersa. Durante la “Edad de Oro” de las universidades en nuestro país, donde se desarrolló aceleradamente la investigación como motor del desarrollo, Varsavsky realizó importantes reflexiones acerca de esa disyuntiva. Planteó la importancia de orientar la investigación científica desde el inicio en función de las necesidades socioeconómicas del país, para que las áreas de estudio y resultados sean de verdadera utilidad para la sociedad [1].

El hecho de que la academia se encuentra desacoplada de las problemáticas sociales es una discusión vigente. Sin embargo,

en las carreras científicas existe un gran número de estudiantes que desean alinear sus futuros trabajos de investigación con la resolución de problemas sociales concretos.

En la actualidad, hay diversas maneras de participar como estudiante o graduade en líneas de investigación que tienen constante cercanía con  problemas y/o necesidades de la sociedad. Esta participación puede enriquecer la trayectoria científica temprana en base a tres características valiosas de este tipo de trabajos: la conexión con el territorio, la apertura hacia el conocimiento no académico y la comprensión de las dinámicas intrasectoriales

En primer lugar, la conexión con el territorio. Si bien puede ser sencillo informarse acerca de las problemáticas que afectan a diferentes sectores de la sociedad a través de medios digitales u otras fuentes de información, es más desafiante involucrarse en un diálogo directo con sectores extraacadémicos. Poner el cuerpo y la mente en reuniones, talleres o recorridas con personas propias del lugar es una tarea más exigente pero necesaria para comprender en profundidad los problemas que enfrentan diferentes comunidades. Este ejercicio permite generar nuevos vínculos y conocimientos que son difíciles de incorporar de otra manera. 

En segundo lugar, la apertura hacia el conocimiento no académico. En trabajos de investigación con personas fuera del ámbito científico, un aspecto fundamental a tener en cuenta es evitar la verticalidad en la transmisión del conocimiento, lo que significa que el saber académico no debe simplemente ser transferido a la sociedad. En lugar de eso, se busca una colaboración mutua en la identificación de un problema y la creación conjunta de herramientas para abordarlo. Esto implica no tomar el saber académico como único o indiscutible y abrir el juego a reconocer otros saberes. 

En tercer lugar, la comprensión de las dinámicas intrasectoriales.

En cada ámbito, ya sea el universitario o de investigación, se comprenden las ventajas, limitaciones y obstáculos que existen puertas adentro. Salir de estas dinámicas cotidianas y conocer otras lógicas y tiempos de funcionamiento, posibilita entender las complejidades que enfrenta cada sector, institución, comunidad, grupo social, etc.

Esta comprensión amplía la perspectiva académica, promueve la creatividad e incluso puede modificar la manera en que se elabora una pregunta científica. 

A pesar de las ventajas de participar en proyectos de investigación con cercanía social, el  Sistema Nacional de Ciencia y Tecnología (SNCyT) presenta importantes obstáculos. Dado que la producción científica argentina está evaluada y sostenida por estándares internacionales de la ciencia, las tareas de investigación usualmente se alejan de las problemáticas locales ya que se orientan a desarrollar conocimiento de una manera clásica, es decir, que se enfocan en las últimas publicaciones para estar a la vanguardia en un tema específico y alcanzar el nivel que la competencia científica requiere.

Los sistemas de promoción científica argentina incentivan la publicación en revistas internacionales y esto hace que les investigadores inviertan su tiempo en ejes de trabajo que muchas veces se alejan de las necesidades propias de un territorio en vulnerabilidad.

Por lo tanto, abordar líneas de estudio con perspectiva social requiere invertir tiempo aparte de las principales tareas de investigación clásicas,  por ejemplo, con la realización de reuniones con tomadores de decisión o con viajes al lugar de estudio para desarrollar relaciones confiables con la comunidad. Estas tareas no están totalmente reconocidas por el propio sistema de evaluación científico. 

Otro eje importante de discusión se relaciona con las fuentes de financiamiento de los proyectos de investigación. Cuando el financiamiento proviene de organismos internacionales o institutos de investigación del denominado primer mundo, la consecuencia es que se intercede sobre los principales objetivos y plazos temporales de trabajo. Esto genera que las líneas de investigación se amolden a requisitos y lógicas propuestas externamente, lo que implica una pérdida de soberanía. Si bien algunas propuestas son elaboradas específicamente para tener en cuenta el contexto latinoamericano y son beneficiosas para nuestro territorio, las investigaciones quedan atadas a la agenda exterior, lo que limita la producción de conocimiento que aborde problemáticas propias del territorio nacional. Además, el financiamiento a proyectos de investigación generalmente duran de 1 a 3 años y los procesos que generan importantes cambios en la sociedad provienen de políticas sostenidas a largo plazo.

Si bien el norte global es el gran conductor de la ciencia en el mundo, en nuestro país hay diversas maneras de acercarse a una ciencia más territorial, con foco en problemáticas locales. Un ejemplo de esto son los proyectos de ciencia ciudadana, que se caracterizan por su carácter colectivo y abierto que fomentan la participación de actores no académicos. También están en auge los proyectos de coproducción de conocimiento, que se basan en la complementariedad de los saberes de distintas disciplinas y sectores de la sociedad civil. Estas nuevas formas de diálogo entre actores permiten generar conocimientos innovadores en conjunto orientados a la toma de decisiones [2]. En general, estos proyectos apuntan a generar nuevas herramientas para la sostenibilidad, solucionar problemas específicos de un sector o incluso formular preguntas científicas [3]. 

“Anticipando la crecida” es un proyecto de ciencia ciudadana que trabaja en mejorar las estrategias de adaptación al cambio climático. Su objetivo es reducir los efectos de las lluvias extremas, a partir de promover la toma de decisiones efectivas en la gestión del riesgo de desastres en la cuenca Matanza-Riachuelo. Desde 2013 existe un diálogo virtuoso entre el conocimiento científico de diferentes disciplinas con el conocimiento de la comunidad local. Se trabaja entre meteorologues, oceanografes, geografes, antropologues e ingenieres junto con vecines, docentes y estudiantes de escuelas de la zona, organizaciones comunitarias y Defensa Civil, la Secretaría de Ciencia y Tecnología junto al Ministerio de Desarrollo Social de La Matanza. Mediante talleres abiertos y participativos, actividades de mapeo comunitarias, recorridas por los barrios y por arroyos locales, charlas con referentes territoriales, se busca que la comunidad se apropie del conocimiento generado en conjunto y de las herramientas disponibles para el monitoreo hidrológico y el pronóstico de lluvias extremas.

Un ejemplo de iniciativa financiada por agentes internacionales con foco en Latinoamérica, es “CLIMAX”. Se trata de un proyecto de coproducción de conocimiento para comprender mejor la variabilidad y previsibilidad del clima en la región y para desarrollar herramientas innovadoras de monitoreo y predicción del clima regional. A causa de este proyecto, se implementó un proceso de diálogo interdisciplinario e intersectorial en el departamento de Bermejo, provincia de Chaco, para coproducir productos climáticos relevantes y útiles. El proceso involucra a la comunidad científica de las ciencias climáticas y antropológicas, pequeños agricultores, docentes y estudiantes de una escuela de familia agrícola y agentes del Instituto Nacional de Tecnología Agropecuaria (INTA), entre otros actores. Esta experiencia se basa en el marco teórico del enfoque de ciencia implicada, que consiste de dos premisas: (1) establecer una comunicación entre actores para reconocer distintos puntos de vista respecto a un tema y distinguir coincidencias y discrepancias entre ellos; (2) aplicar simetría de los diversos conocimientos sobre un tema, para validar todos los puntos de vista acerca del mundo aunque esto implique que se contrapongan las creencias [4]. Los principales productos coproducidos por este proyecto constan de una red de monitoreo de lluvias a cargo de ciudadanos de Bermejo, una red de monitoreo de altura de ríos locales y una app de pronóstico del tiempo de 7 a 14 días desarrollada exclusivamente para el río Bermejo.

Desde el Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación de la Nación, existen iniciativas de política pública que fomentan la vinculación de distintas instancias de gobierno y el sector privado. En este sentido, la convocatoria a “Proyectos interinstitucionales en temas estratégicos” (PITES) incentiva líneas de investigación colaborativas que fomentan la articulación entre las entidades del SNCyT para presentar ideas de índole regional en Argentina. El proyecto “Socioecosistema fluvial Paraná-Paraguay: estudio argentino en el escenario de cambios globales” nació a partir de esta iniciativa y tiene como objetivo avanzar en la comprensión, tanto social como ambiental, del sistema fluvial Paraná-Paraguay, diseñar programas de monitoreo y promover acciones de sostenibilidad del socioecosistema. El proyecto involucra aspectos climatológicos, hidrológicos, sedimentológicos, uso/cobertura del suelo, ecológicos, biológicos, bioinformáticos, computacionales, socioambientales, antropológicos y etnográficos para brindar herramientas para el diseño de políticas públicas de carácter federal.

En definitiva, el involucramiento en líneas de investigación con enfoque social enriquece fuertemente el desarrollo científico a partir de la comprensión de las lógicas territoriales y la generación de conocimiento más propicio para abordar problemáticas concretas. Ampliar los interlocutores y desplegar el conocimiento en ámbitos novedosos, con sus propios tiempos, limitaciones, ventajas y desventajas, desarrolla nuevas perspectivas y permite reconocer las complejidades de algunos de los engranajes que hacen funcionar a la sociedad. 

Es importante generar políticas públicas a mediano y largo plazo que fomenten el diálogo entre la academia y la sociedad, que permitan reconocer las complejidades sociales y económicas del territorio argentino a nivel regional y local, y que establezcan un SNCyT que no se rija por lógicas globales, sino que tenga en cuenta la soberanía nacional. Los PITES son un ejemplo de ello, así como también el programa “ImpaCT.AR Ciencia y Tecnología” que promueve proyectos de investigación y desarrollo destinados a brindar apoyo a organismos públicos en la búsqueda de soluciones a desafíos de interés público. En un contexto mundial en el que los problemas socioambientales, las crisis políticas y económicas son cada vez más recurrentes, es importante aprovechar las herramientas, tanto nacionales como internacionales, brindadas en pos de fomentar una ciencia con perspectiva social, inclusiva, que atienda las agendas locales y esté anclada en el territorio nacional para enfrentar los desafíos emergentes.

Agradecimientos

A mi colega y amiga Dra. Daniela Risaro por su apoyo para la elaboración y redacción de esta nota. A mi director de tesis doctoral Dr. Federico Robledo por abrirme tantas puertas. A los proyectos Anticipando la Crecida, CLIMAX y Socioecosistema fluvial Paraná-Paraguay por brindar las fotos.

Referencias

[1] (2008-11). 1966: La Noche de los Bastones largos. El fin de una etapa.. La Ménsula (006). https://bibliotecadigital.exactas.uba.ar/collection/mensula/document/mensula_n006

[2]Lemos, M. C., Arnott, J. C., Ardoin, N. M., Baja, K., Bednarek, A. T., Dewulf, A., … & Wyborn, C. (2018). To co-produce or not to co-produce. Nature Sustainability, 1(12), 722-724.  https://www.nature.com/articles/s41893-018-0191-0

[3] Chambers, J. M., Wyborn, C., Ryan, M. E., Reid, R. S., Riechers, M., Serban, A., … & Pickering, T. (2021). Six modes of co-production for sustainability. Nature Sustainability, 4(11), 983-996. https://www.nature.com/articles/s41893-021-00755-x

[4] Hernández, V., Riglos, M. F. F., & Vera, C. (2022). Addressing climate services in SouthAmerican Chaco region through a knowledge coproduction process. Global Environmental Change, 72, 102443. https://www.sciencedirect.com/science/article/abs/pii/S0959378021002223

Camila Prudente

Licenciada en Ciencias de la Atmósfera (FCEyN, UBA). Actualmente es estudiante de doctorado y becaria CONICET en el Centro de Investigaciones del Mar y de la Atmósfera (CIMA).