Ciencia Propia

Cannabis Medicinal: Investigaciones colaborativas de las Ciencias Sociales.

Este artículo presenta la labor realizada por la Comisión de Ciencias Sociales de la Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial del CONICET (RACME), integrada por investigadorxs, representantes de ONG, profesionales y docentes. Este espacio realiza pesquisas colaborativas que apuntan a contribuir a las políticas gubernamentales en la materia, en un contexto de creciente regulación del cannabis en el mundo y en la región. 

En esta oportunidad describimos las principales dinámicas de trabajo de la Comisión, como así también los resultados de dos encuestas realizadas entre los años 2020 y 2022. Tales instrumentos procuraron indagar sobre las prácticas y los modos de acceso al cannabis de uso terapéutico-medicinal, y el rol de las organizaciones cannábicas en el aprovisionamiento y acompañamiento a usuarixs terapéuticxs. Finalmente, concluimos con reflexiones en torno a los aportes de la Comisión, y las líneas de indagación e intervención que se abren a partir del trabajo colaborativo.

Introducción: proceso de regulación de los usos terapéutico-medicinales del cannabis

A inicios del siglo XXI, se produjeron grandes cambios en la regulación del cannabis en América Latina y el Caribe (Taylor, 2010; Labiano, 2020). Entre 2015 y 2017, ocho países de la región legislaron sobre los usos terapéutico-medicinales del cannabis, entre ellos Argentina. Este proceso regulatorio se produjo dos décadas más tarde que la ley pionera establecida en 1992 por Israel, y que dio lugar a un fenómeno de imitación normativa de políticas (Labiano, 2020). En nuestro país, en particular, la Ley de Cannabis Medicinal (Nº 27350) se sancionó en marzo de 2017 y fue reglamentada seis meses después. El debate parlamentario tuvo gran trascendencia pública y, al igual que en el resto de la región, contó con un amplio respaldo social, en gran medida debido a la movilización social de madres de usuarixs terapéuticxs que dieron lugar a una profunda resignificación del cultivo y el uso de la planta de cannabis en el tejido social (Rivera-Vélez, 2019). 

En este contexto, de difusión y creciente interés en la comunidad científica en torno a los usos medicinales del cannabis, se creó la que hoy se conoce como la Red de Cannabis y sus Usos Medicinales e Industriales (RACME), y que forma parte de las Redes Institucionales Orientadas a la Solución de Problemas (RIOSP) del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (CONICET). 

Breve historia de la RACME

Entre abril y septiembre de 2017, se organizaron una serie de encuentros informales de los que participaron investigadorxs del CONICET, docentes e investigadorxs de universidades nacionales, médicxs e investigadorxs y técnicxs del INTA, con el fin de impulsar e incidir en la reglamentación de la Ley de Cannabis Medicinal. Si bien no lograron sus objetivos, mantuvieron ese espacio de intercambio y canalización de demandas que, en 2018, logró institucionalizarse bajo la denominación Red Argentina de Cannabis y sus Usos Medicinales (RACME), y orientaron sus esfuerzos tanto a generar conocimiento, desarrollo y transferencia de tecnologías, como a proveer servicios requeridos por el sector público y privado. 

En el transcurso de los años siguientes, la Red, diversas organizaciones de la sociedad civil, profesionales de la salud e investigadorxs plantearon múltiples inconformidades con la reglamentación vigente. Entre las más importantes se encontraban: la exclusión del autocultivo, cultivo solidario y colectivo y la limitación del acceso al cannabis únicamente a las personas que padecían epilepsias graves. Estas demandas insatisfechas, junto al cambio de gobierno en diciembre de 2019, abrieron la posibilidad de modificar la reglamentación. De este proceso participó activamente la RACME que, en ese entonces, decidió incorporar a organizaciones sociales, políticxs y funcionarixs públicxs en el proceso de generación de insumos para dicha reglamentación. La segunda reglamentación no sólo incluyó y reguló diversas modalidades de cultivo (autocultivo, cultivo solidario y colectivo) a través de la creación del Registro del Programa de Cannabis (REPROCANN), sino que amplió la cantidad de dolencias y padecimientos para los cuales se autorizaba el uso de cannabis, ya que se estableció como único requisito que fuera indicado por un médicx (Boletín Oficial. Decreto 883/2020, Resolución N°800/21). 

Luego de la sanción de la Ley de marco regulatorio para la industrialización del cáñamo y el cannabis con fines medicinales (N° 27669), y en el contexto su reglamentación, la RACME cambió su nombre por el de Red de Cannabis de Uso Medicinal e Industrial del CONICET. Así, incluyó la nueva dimensión productiva e industrial que se abrió a partir de los últimos cambios normativos. Desde 2019 y hasta la actualidad, la Red organiza su trabajo en comisiones, entre ellas, la de Ciencias Sociales. Además, acompaña la elaboración y modificación de leyes, reglamentaciones y normativas, y genera  recomendaciones e insumos para las políticas públicas en la materia. 

El trabajo en la Comisión de Ciencias Sociales 

Desde sus inicios, la Comisión de Ciencias Sociales estuvo integrada por investigadorxs, becarixs, docentes y representantes de organizaciones de la sociedad civil. En las primeras reuniones realizadas en la sede central del CONICET se planteó que el objetivo sería construir saberes de manera colaborativa, a partir de relevar conocimientos, formas de producción y modos de acompañamiento desarrollados hasta entonces por las organizaciones cannábicas. Como resultado de estas tareas, se elaborarían materiales de divulgación que pudieran llegar a un público más amplio. 

Durante 2020, con las medidas de Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio (ASPO), quienes integramos la Comisión diseñamos una encuesta para construir datos en torno a los usos terapéuticos y medicinales del cannabis en el país. En reuniones online, de carácter semanal, delineamos un instrumento que procuraba conocer características sociológicas generales de las personas que usan cannabis con fines terapéuticos (género, edad, nivel educativo, situación laboral, localidad de residencia); rasgos y modalidades de uso de cannabis; formas de acceso y acompañamiento entre usuarixs; y, por último, posibles modificaciones a partir de la pandemia por COVID-19.

En los siguientes años, la Comisión continuó con reuniones virtuales y con el trabajo de realización de encuestas se abocó a profundizar sobre instrumentos producidos por organizaciones de la sociedad civil. Así, a partir de un cuestionario diseñado y llevado a cabo por la Asociación de Usuaries y Profesionales para el Abordaje del Cannabis y otras drogas (AUPAC) y la Asociación Civil Ciencia Sativa, elaboramos  un instrumento para profundizar y actualizar la información previamente recabada respecto a los dispositivos de salud implementados por organizaciones de la sociedad civil en el marco de la Ley N° 27350. A continuación, compartimos algunos de los resultados de estos trabajos.

Encuesta Sobre Usos Terapéutico- Medicinales Del Cannabis

El primer cuestionario al que hacemos referencia, fue realizado en una plataforma virtual de encuestas, contó con 35 preguntas, y fue lanzado en diciembre de 2020. Se mantuvo en circulación durante un mes gracias a la difusión que hicieron las asociaciones de la sociedad civil en sus redes de contactos, lo que ciertamente constituye uno de los sesgos de la muestra. Durante la primera mitad de 2021 pudimos procesar los datos y redactar un informe que reunió las principales observaciones a partir del análisis de los resultados. Si se tiene en cuenta que la nueva reglamentación de la Ley de Cannabis Medicinal (Decreto N° 883/20) data de noviembre de 2020, nuestro instrumento tiene la virtud de mostrar un conjunto de prácticas y vivencias en un momento de transición regulatoria.

Los resultados pueden ser agrupados en tres conjuntos de preguntas: sobre los usos, sobre las formas de acceso y sobre las transformaciones en las formas de uso y acceso durante la pandemia de COVID-19. 

En cuanto a los usos, el 63% de las personas encuestadas respondió que lo utiliza para sí, el 26% para sí y para una tercera persona y el 11% para una tercera persona, por lo general niños varones y mujeres mayores. Por otra parte, se observó una clara preponderancia del consumo de aceite, donde se destaca, no obstante, la diversidad de prácticas terapéuticas. En otras palabras, las personas manifestaron utilizarlo por más de una vía, sobre todo en forma tópica o inhalado. En lo que respecta al tiempo de uso, la mayor parte indicó emplear cannabis en promedio hace 5 años y 4 meses, el tiempo de uso indicado con mayor frecuencia es de 24 meses. De modo que, si bien en el país se utiliza cannabis con fines terapéuticos hace décadas, es notable la difusión que se ha producido en los últimos años. Por último, en la mayor parte de los casos dijeron utilizarlo para paliar síntomas o bien señalaron enfermedades y trastornos con los cuales fueron diagnosticadxs. En el caso de los síntomas, la mayor parte de las personas indicó utilizar cannabis para paliar el dolor (50%), mitigar la ansiedad (28%) o bien reducir el estrés (13%), mientras que en lo que respecta a las enfermedades y trastornos las respuestas presentaron una gran variabilidad. Los diagnósticos mencionados con mayor frecuencia fueron la artrosis (11%), los trastornos del sueño (10%), la fibromialgia (10%), los trastornos de ansiedad (7%), y la depresión (6%).

En relación a las formas de acceso, la amplia mayoría señaló que accedía al cannabis mediante autocultivo (66%), cultivo solidario y ONG (37%), es decir, a través del trabajo solidario, cooperativo y en red, combinando más de un modo de acceso. Entre los factores que influyeron en la forma de acceso, se señalaron la calidad del producto (69%), el temor a allanamientos y detenciones (39%), los costos (32%), entre otros motivos. Es decir que, pese a la sanción de la Ley de Cannabis Medicinal en 2017 y a su nueva reglamentación en 2020, un porcentaje elevado de personas aún temía ser detenida o allanada por las fuerzas de seguridad y tampoco podía acceder al cannabis a un precio justo. Asimismo, para profundizar en cuestiones vinculadas a las modalidades de uso terapéutico y de acceso a la salud, se preguntó si las personas utilizaban cannabis con acompañamiento. La mayor parte dijo no contar con ningún tipo de acompañamiento, lo que contrasta con los requisitos actuales del REPROCANN; y entre quienes afirmaron tener asesoramiento, dijeron que lo recibían de más de una persona, consultando en su mayoría con profesionales de la salud y, en menor medida con integrantes de ONG, familiares, amigxs y otrxs usuarixs.

Respecto a las transformaciones en el uso y formas de acceso en pandemia, el 64% de las personas que respondieron la encuesta indicó que su consumo de cannabis se mantuvo igual, mientras que, entre quienes manifestaron que modificaron su uso, el 18% señaló que aumentó y el restante 18% que disminuyó. Entre los primeros, la mayoría (67%) señaló que esto ocurrió por razones de salud (angustia, ansiedad, estrés, insomnio y dolor corporal generados en el contexto de pandemia), aunque un porcentaje significativo (27%) indicó el encierro y el aislamiento como factores que propiciaron un mayor acceso y uso del cannabis. Entre quienes disminuyeron su consumo, la mayoría (67%) explicó que esas transformaciones se debieron al aislamiento, las restricciones en la circulación, la falta de provisión y la imposibilidad de acceder a insumos y material vegetal; aunque también se mencionaron motivos económicos (14%) y cuestiones de salud (10%). En cuanto al acceso, un 41% de las personas encuestadas indicó haber tenido problemas con el abastecimiento de cannabis, debido a las medidas de ASPO que se implementaron en el país. Sin embargo, la mayoría afirmó que no lo reemplazó por otro producto o práctica terapéutica y más de la mitad de las personas encuestadas (59%) indicó haberse iniciado en el autocultivo durante la pandemia. Es decir, encontraron en el cultivo doméstico una solución a sus dificultades de aprovisionamiento. Finalmente, consideramos importante señalar que casi un cuarto de las personas encuestadas (23%) y/o sus conocidxs sufrieron detenciones y/o allanamientos durante la pandemia. 

En síntesis, la encuesta muestra las siguientes tendencias: 1) entre los síntomas para los cuales se usa cannabis predomina el dolor; 2) la mayor parte de las personas utiliza el cannabis en forma de aceite y hace menos de 5 años; 3) el principal modo de acceso es el autocultivo y se evidencia un alto nivel de asociativismo, 4) en pandemia la mayor parte de las personas que tuvo problemas de abastecimiento inició un autocultivo y quienes aumentaron su consumo lo hicieron por razones de salud.

Encuesta a organizaciones sociales sobre tareas vinculadas a usos terapéuticos y medicinales del cannabis en Argentina

El segundo instrumento desarrollado en forma colaborativa por la Comisión de Ciencias Sociales consistió en una encuesta que apuntó a relevar actividades de las organizaciones sociales que realizan tareas vinculadas a los usos terapéuticos y medicinales del cannabis en el marco de la Ley N° 27350. 

Como dijimos previamente, la base para confeccionar el cuestionario fue el “Relevamiento abierto y permanente sobre el potencial productivo de las organizaciones cannábicas de la sociedad civil y pequeñxs productorxs de la economía popular”, diseñado por asociaciones cannábicas. A inicios de 2022 trabajamos a partir de los resultados de ese relevamiento y pensamos interrogantes que permitieran profundizar en la situación actual de las organizaciones sociales, las características de sus dispositivos, sus formas de producción y abastecimiento, y su vinculación con otras instituciones públicas o privadas. Este cuestionario se realizó con el objetivo de acompañar los debates acerca de las condiciones que las organizaciones debían cumplimentar para poder inscribirse en el REPROCANN y abastecer de cannabis y sus derivados según la normativa vigente (Resolución 782/2022). Para ello, elaboramos un cuestionario de 30 preguntas en una plataforma virtual que fue enviado únicamente a las 30 organizaciones que habían respondido el relevamiento previo y que habíamos identificado que contaban con dispositivos y/o procesos productivos de este tipo. El cuestionario permaneció abierto durante un mes aproximadamente y recibimos un total de 17 respuestas.     

Los resultados pueden ser agrupados en cuatro clases de preguntas: cumplimiento de requisitos formales, características de los dispositivos de asistencia y atención clínica y/o veterinaria, actividades productivas y abastecimiento, y vínculos con instituciones públicas y privadas.

En lo que respecta al cumplimiento de los requisitos formales que se pensaba serían exigidos para poder inscribirse como ONG en el REPROCANN, esto es, contar con personería jurídica y estar inscriptas en el Sistema Integrado de Información Sanitaria Argentino (SISA), la mayoría de las organizaciones consultadas manifestó contar con personería jurídica (71%) o encontrarse en proceso de tramitarla (24%), mientras que casi la mitad afirmó estar inscripta en el SISA. 

En cuanto a la existencia de dispositivos, 9 ONG afirmaron realizar atención clínica y/o veterinaria, y más de la mitad asiste a más de 100 personas por mes en un consultorio de atención. En lo que respecta a las características de estos dispositivos, es importante destacar que todas las organizaciones trabajan con médicxs (clínicxs, generalistas, neurólogxs, psiquiatras, veterinarixs) y otros profesionales, lo que muestra el carácter multidisciplinar de la oferta asistencial. Asimismo, elaboran registros, fichas y/o documentos clínicos; solicitan consentimientos informados y declaraciones juradas; y, en algunos casos, utilizan un software de gestión para la sistematización de datos.

En cuanto a la producción y el abastecimiento, 12 organizaciones manifestaron tener un cultivo con el cual producen mayormente aceite, flores, cremas, ungüentos y tinturas. Estos productos se destinan a abastecer a los dispositivos de asistencia propios o a los de otras organizaciones; mediante el suministro de cannabis y derivados (aproximadamente a 100 personas por trimestre). Por otra parte, cabe mencionar que todas las asociaciones conocen las variedades de cannabis con las que trabajan y se ocupan de su preservación y mantenimiento y, además, realizan controles de calidad a su producción. En lo que respecta a las dinámicas de trabajo, se destaca el carácter cooperativo, comunitario y en red del proceso productivo y de las tareas de abastecimiento.

Por último, en cuanto al vínculo con otras organizaciones o instituciones, la mayoría posee convenios con organismos públicos, universidades, municipios o comunas.

En síntesis, las ONG consultadas no sólo cumplen en su mayoría con los requisitos formales para inscribirse en el REPROCANN en calidad de ONG, sino que más de la mitad posee dispositivos de atención y asistencia clínica y/o veterinaria que cuentan entre sus filas con profesionales de diversas disciplinas y diferentes clases de registro de las actividades que realizan. Por otra parte, dos tercios de las mismas ya realizan tareas de producción y abastecimiento, y todas han firmado convenios con diferentes instituciones públicas y privadas. 

Conclusiones/Reflexiones finales

Los procesos de investigación que describimos fueron realizados en un contexto de transformaciones significativas en el marco regulatorio del cannabis. La primera encuesta tuvo como telón de fondo el proceso de la segunda reglamentación de la Ley N° 27350. En este sentido, los datos producidos en la primera encuesta nos permitieron conocer formas de acceso y modos de uso terapéutico de derivados del cannabis antes de la implementación del Registro del Programa de Cannabis. Así, pudimos ver que el dolor era el síntoma predominante entre lxs usuarixs; la mayoría empleaba aceite hace menos de 5 años y lo hacía a través del autocultivo. En lo que respecta al segundo cuestionario fue realizado como una manera de acompañar los debates acerca de las condiciones que las organizaciones de la sociedad civil debían cumplimentar para poder realizar tareas de abastecimiento según la normativa vigente. En este sentido, pudimos averiguar que las ONG consultadas en su mayoría cumplían con los requisitos formales para la inscripción como ONG en el REPROCANN, contaban con dispositivos de atención y asistencia y realizaban tareas de producción y abastecimiento. De esta manera, se evidencia que el trabajo realizado por la Comisión ha estado desde un comienzo orientado a aportar al debate de las políticas públicas. 

Precisamente, por esto, nuestras tareas de investigación, acompañamiento e intervención suponen múltiples desafíos. Entre otros, la generación de espacios de diálogo entre diversos actores con diferentes intereses, objetivos y formas de producir conocimiento; la creación de materiales que sirvan como insumos para las políticas públicas, a partir de la construcción conjunta de preguntas; la puesta en valor de todos los saberes, en un contexto de transiciones regulatorias signadas por la urgencia; y las formas de incidir en asuntos de agenda pública desde un organismo de ciencia y técnica a partir del trabajo colaborativo.   

Bibliografía

Labiano, V. I. 2020. La difusión de las políticas de cannabis medicinal en América Latina (2015-2017). Revista De Estudios Sociales De La Ciencia Y La Tecnología. REDES, 26(50), 147-179.

Rivera Vélez, L. 2019. Mothers as Pot Legalizers: From Illegality to Morality in Medical Use of Cannabis in Latin America. En A. Polese, A. Russo y F. Strazzari (eds.). Governance Beyond the law. The Immoral, The Illegal, The Criminal (pp. 85-103). International Political Economy Series, Palgrave Macmilan.

Taylor, S. 2010. Re-medicalizing cannabis: science, medicine and policy, 1973 to the early twenty-first century. PhD thesis, London School of Hygiene & Tropical Medicine

Documentos

Decreto Nacional N° 883/20, 12 de septiembre de 2020. Investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Boletín Oficial de la República Argentina.

Ley N° 27350, 19 de abril de 2017. Investigación médica y científica del uso medicinal de la planta de cannabis y sus derivados. Boletín Oficial de la República Argentina.

Ley N° 27669, 26 de mayo de 2022. Marco regulatorio para el desarrollo de la industria del cannabis medicinal y el cáñamo industrial. Boletín Oficial de la República Argentina.

Resolución N° 800/21 del Ministerio de Salud, 10 de marzo de 2021. Boletín Oficial de la República Argentina.

Resolución N° 782/22 del Ministerio de Salud, 7 de abril de 2022. Boletín Oficial de la República Argentina.

Coautoras

Lucía Ana Romero

Doctora en Ciencias Sociales (FLACSO), Magíster en Ciencia, Tecnología y Sociedad (UNQ) y Licenciada y Profesora de Sociología (UBA). Investigadora adjunta del CONICET y docente en la carrera de Sociología de la Facultad de Cs Sociales de la UBA y docente de posgrado en la UNQ. 

Florencia Corbelle

Doctora en Antropología, Licenciada y Profesora de Enseñanza Media y Superior en Ciencias Antropológicas por la Universidad de Buenos Aires (UBA). Investigadora asistente del CONICET y del Programa de Antropología Política y Jurídica con sede en el Instituto de Ciencias Antropológicas de la UBA.

María Cecilia Díaz

Doctora y Magíster en Antropología Social por la Universidad Federal de Rio de Janeiro, y Licenciada en Historia por la Universidad Nacional de Córdoba. Becaria de posdoctorado (Instituto de Humanidades/CONICET) y docente en la Facultad de Filosofía y Humanidades, y la Facultad de Lenguas (UNC).